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Conferencia - Análisis comparado de las Políticas Públicas en materia de drogas
“Debemos asumir que el prevencionismo ha fracasado”. Esta fue la frase que quedó resonando luego de la conferencia “Análisis comparado de las Políticas Públicas en materia de drogas” que el profesor canadiense Dr. Eugene Oscapella, de la Universidad de Ottawa, brindara en nuestra Facultad el 25 de junio pasado.
Invitado por el Dr. Carlos Cruz, y acompañado por la traducción y los comentarios del Juez y Docente de Posgrado, Dr. Martín Vázquez Acuña;
el criminólogo canadiense intentó demostrar desde una perspectiva
económica el fracaso de las política prohibitivas que hasta el momento
han intentado luchar contra el tráfico de drogas.
Eugene Oscapella
señaló primeramente que el problema de las drogas afecta a todos los
países del mundo y que, a grandes rasgos, en todos ellos se presentan
los mismos aspectos asociados con el narcotráfico: violencia,
marginalidad, corrupción política y policial, y transmisión de
enfermedades infecciosas. Lo paradójico, para este especialista, es que
cuanto más se extiende la lucha global contra las drogas, éstas se
vuelven más fácilmente accesibles. De hecho, no ha dudado en afirmar
que “el narcotráfico ha creado un mercado muy lucrativo, que sirve
fundamentalmente para financiar todo tipo de actividades criminales”.
“Los
políticos no pueden entender que la prohibición del consumo de drogas
es la que fomenta y eleva los precios del mercado negro” -explicó. De
hecho, las Naciones Unidas han estimado que dicho mercado genera un
negocio anual que se estima en U$S 400 mil millones. Para este miembro
de la Canadian Foundation for Drug Policy, los tentadores beneficios
económicos que se obtienen con la venta de estupefacientes, convierten
a ésta en la principal fuente de financiación del terrorismo, y aseguró
que finalmente el efecto es que “un grupo cuida al otro”, haciendo
referencia a las redes conjuntas que habitualmente forman los
traficantes de drogas con los grupos terroristas.
“La realidad
es que sin la prohibición, la droga ya no sería el gran negocio que es
y sus precios caerían drásticamente”, sostuvo Oscapella. Sin embargo,
destacó que nadie se anima a decir que muchos grandes traficantes de
drogas mantienen estrechas vinculaciones con los gobiernos de turnos de
los Estados prevencionistas.
Nuestro invitado aclaró que el
problema de la prohibición de las drogas no sólo tiene como
consecuencia contraproducente a la actividad terrorista, sino que
además genera efectos nocivos indeseados, como el ocultamiento de
muertes y graves violaciones de derechos humanos, la imposibilidad de
controlar la producción química de los laboratorios clandestinos, y la
dificultad de asistir las adicciones de personas dependientes, que no
se animan a recurrir a hospitales.
Oscapella afirmó que
utilizando al derecho penal como única herramienta “estamos cavando
nuestra propia tumba”. En ese sentido, sostuvo que un problema que
cuenta con tantas aristas, no puede ser resuelto desde la
criminalización, sino que debe contar con soluciones de la medicina, la
economía y la educación. “Los juristas tienen el deber ético de
asegurar que las leyes sean herramientas destinadas a no causar daño, y
es por ello que el trabajo de ustedes será tratar de aplicar su
conocimiento para mejorar la sociedad que los rodea y no para favorecer
a quienes las infringen” –finalizó diciendo.
Por su parte, el profesor Martín Vázquez Acuña
indicó que el escenario ideal para nuestra país se comenzaría a
visualizar derogando el artículo 14, segundo párrafo, de la Ley 23.737,
que penaliza la tenencia de drogas para uso personal, por cuanto
“clandestiniza” y convierte en delincuentes a los adictos y conlleva
para ellos una grave limitación para acceder a la salud (los
padecimientos no sólo se limitan a la adicción, sino que también se
extienden a enfermedades como hepatitis, SIDA, cáncer, endocarditis,
embolias, abscesos pulmonares, etc.).
Por otro lado, este juez
en lo criminal explicó que la realidad de las drogas es sumamente
compleja e incluye dimensiones culturales, antropológicas, morales,
farmacológicas, sanitarias, jurídicas y económicas. A su vez, sostuvo
que la actual diferenciación entre drogas legales e ilegales no tiene
basamento científico, pues ambas producen graves daños a la salud.
Finalmente,
Vázquez Acuña propugnó por la modificación del artículo 5 de la ley
mencionada, en tanto penaliza el cultivo para consumo personal y
utiliza una terminología confusa y redundante que trae como
consecuencia que miles de “mulas” terminen presas mientras que los
organizadores y promotores del narcotráfico evaden fácilmente todo tipo
de penalidad.
Los dos expositores actualmente conforman una
coalición global comprometida en la lucha por encontrar soluciones
efectivas y socialmente positivas para el problema de las drogas. |
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